Sentido y ambigüedad. Acercamiento sonoro que promete atención, pero muchas veces, con paradójicos resultados.
El Otro esta alojado en nuestras palabras, vive y sobrevive en ellas.
La propia identidad, se disputa entre la autoría y la extrañeza de las mismas.
El efecto es inminente e inevitable.
Seamos conscientes y responsables del efecto de nuestras palabras.
Ellas tocan, acarician, hieren. Nombran, exaltan y enaltecen aunque también pueden dañar, disminuir y desvalorizar.
La escuela, en su modalidad de enseñanza colonizó la palabra.
En los hogares, no siempre tienen el lugar de valor necesario. No siempre comunican sensiblemente...
Repensemoslas. Juguemos más opciones. Donemos espacios de apropiación de palabra a otros. Si no, se agotan... de sentido.